Terremoto de 1986

El Terremoto de San Salvador de 1986, ha sido uno de los sismos más destructivos de la historia de la ciudad capital de El Salvador, incluso causó más muertos que los terremotos del 13 de enero y del 13 de febrero de 2001. La cifra de muertos fue de 1,500 y 200,000 damnificados, según el historiador Thomas Anderson, en su libro Politics of Central America, 1988.

El siniestro inició a las 11:49 de la mañana hora local (17:49 UTC), del viernes 10 de octubre, con una intensidad de 7.5 grados en la escala de Richter y una intensidad de IX en la escala de Mercalli, causando daños considerables a la infraestructura de la ciudad, siendo el foco de la tragedia el edificio Rubén Darío, dañado por el terremoto del 3 de mayo de 1965, pero que nunca fue demolido o reparado correctamente.

Origen y epicentro

El epicentro se localizó en Los Planes de Renderos, al sur de la ciudad, con una profundidad de 5.4 km. La onda expansiva se dirigió hacia el norte de la capital, atravesando el centro y causando un rastro de daños en su paso por los barrios San Jacinto, Santa Anita, Candelaria y el reparto Santa Marta.

 

Efectos y consecuencias

El movimiento sísmico causó que varios edificios de la capital colapsaran o sufrieran daños significativos, un ejemplo de esto es el edificio Rubén Darío, símbolo de la tragedia, el cual abarcaba un área de casi una cuadra y rodeaba en parte al edificio Pacífico, que tuvo que ser demolido.


Otros edificios dañados fueron:

  • El edificio Dueñas, ubicado frente a la Plaza Libertad
  • El Gran Hotel San Salvador
  • El edificio del Instituto Salvadoreño del Café
  • El edificio Tazumal
  • El Hospital Nacional de niños Benjamín Bloom, en el cual se registró un único fallecido, el cual murió al fallar el aparato respirador
  • La Biblioteca Nacional y Ministerio de Educación
  • Los ministerios de Hacienda, Planificación, Trabajo, Agricultura y Ganadería y la sede de la Dirección General de Correos
  • El edificio Rodríguez Ruiz
  • El edificio de la compañía Tropigás
  • El edificio Torre López, en cuyo sótano funcionaba el cine Izalco
  • El edificio CEFESA
  • La Universidad de El Salvador en diversos edificios
  • El colegio Externado de San José
  • El monumento al Divino Salvador del Mundo
  • La escuela Santa Catalina, donde murieron 41 niñas y 1 niño
  • El hospital general del Instituto Salvadoreño del Seguro Social

Aparte de los edificios del centro, hubo considerables daños en los barrios San Jacinto, La Vega, Candelaria, y especialmente el barrio Santa Anita, el cual quedó reducido a escombros casi en su totalidad.

Los habitantes del reparto Santa Marta quedaron incomunicados al hundirse la principal calle de acceso. En este lugar también hubo daños considerables a las casas.

En la zona norte de la capital, los daños no fueron tan severos, sin embargo algunos edificios de la llamada Super Manzana Zacamil colapsaron.

El terremoto causó que más del 90% del sistema de salud quedara dañado.

Muchos escenarios deportivos resultaron seriamente dañados, entre estos tenemos:

Los muertos se calcularon en cerca de 1,500. Sólo en el edificio Rubén Darío se calcula que murieron 500 personas. 100 mil personas resultaron damnificadas y los daños materiales se calculan en 1.5 billones de dólares


 

Orígenes del desastre

La mayoría de edificios que colapsaron eran edificios que habían sido declarados inhabitables o con daños severos después del terremoto de 1965, se tienen datos que en algunas oficinas del Rubén Darío se usaban piedras para evitar que los escritorios se deslizaran. Algunas otras construcciones que habían resistido el sismo del 65, como el edificio Dueñas, habían sido modificados para albergar vitrinas enormes, para lo cual los reformadores sacrificaron columnas de soporte, causando que la primera planta se colapsara sobre sus bases. Irónicamente el sótano del Rubén Darío no sufrió ningún daño.

Las casas populares colapsaron por haber sido construidas con adobe y lámina. Estructuras de gran valor histórico, como la casa Ambrogi, no resistieron la fuerza del terremoto y colapsaron.

Algunos edificios de reciente construcción también cayeron, esto se debió a que no fueron construidos con normas antisísmicas. algunos de estos edificios eran muy pobres estructuralmente hablando, en algunos otros se culpa a la mala calidad de los materiales usados, esto se hizo evidente en los recientes edificios que ocupaban algunas oficinas de gobierno.

 

Respuesta de la población

Inicialmente fueron los cuerpos de socorro y la población civil, quienes de manera independiente comenzaron el rescate de las víctimas. La situación más dramática se vivó en el edificio Rubén Darío, en el que se hizo particularmente difícil localizar a las víctimas.

El hospital de niños Benjamín Bloom se encontraba con menos de la mitad de los médicos, puesto que la mayoría habían asistido a un congreso de pediatría en un hotel cercano, a la hora del sismo solo se encontraban algunos estudiantes de medicina, los cuales coordinaron la evacuación de las 11 plantas del edificio con la ayuda de los padres, solo un paciente murió al fallar la máquina que lo mantenía con vida. En cuestión de minutos, el adyacente Bulevard Los Héroes estaba congestionado con los pacientes del hospital, los médicos improvisaron salas de operaciones sobre la 25 Av Norte y gracias a que las enfermeras rescataron algún instrumental, fue posible realizar curigías de emergencia en los cientos de pacientes que eran llevados por los cuerpos de socorro.

Inmediatamente comenzó a llegar ayuda proveniente del extranjero al aeropuerto de Ilopango. También vinieron brigadas de rescate de México y Francia, siendo estos últimos quienes encontraron a dos sobrevivientes en los escombros de la tercera planta del Rubén Darío, quienes estuvieron soterrados por casi 75 horas. También hizo acto de presencia el famoso rescatista mexicano conocido como La Pulga.