LAS TIGRAS
A principios de 1984, el Coronel Monterrosa decide crear una unidad de combate femenina, cuando ya era Comandante de la 3ª Brigada de Infantería. Todavía no se está muy seguro qué motivó esto en el Coronel Monterrosa, pero es cierto que su experiencia combatiendo columnas guerrilleras donde había mujeres, tuvo que haberlo inspirado. Se lanzó una campaña publicitaria, ya que la unidad se iba a conformar con mujeres voluntarias, que como requisito especial, debería tener, además de haber cursado 9 grado, la autorización de sus padres aunque fueran mayores de edad. La convocatoria fue muy popular en la zona oriental, al final de todas las candidatas que se presentaron, se escogieron 40, que llenaron todos los requisitos físicos, médicos, sicológicos y académicos.
Para graduarse, después de unos tres a cuatro meses de entrenamiento, realizaron una operación verdadera en el Volcán Chaparrastique, donde efectuaron una emboscada nocturna a
una columna subversiva. Sin embargo, una vez graduadas, Monterrosa dudó de emplearlas como una unidad de combate orgánica, y fueron divididas en diversas unidades: puestos de mando de los batallones: Ponce, León, Cuscatlán y Cobra; en enfermería; en la sección de operaciones; en la sección de inteligencia; en la sección de radiocomunicaciones, etc.
Con el tiempo, la mayoría fueron creando sus familias y se retiraron del ejército, otras abandonaron la unidad por problemas personales, una de ella se suicidó en Ciudad Barrios y ya para 1985, sólo quedaban menos de una docena de ellas. El 16 de junio de 1986, la guerrilla ataca la 3ª Brigadas de Infantería y mueren cinco de ellas: Subsargento Lourdes Liliana de González, Cabo María Regina Rodríguez, Cabo Marta Elena Lara Cruz, Soldado Sonia Alcira Orellana Cruz y Soldado Rebeca de la Paz Gómez. Ese ataque marca el final de las tigras como unidad.
En el año 2000 entran mujeres por primera vez y a finales del año 2010, la Fuerzas Armada Salvadoreña, retomando esa experiencia de la guerra, vuelve a crear una compañía de Infantería integrada por mujeres y como sede, se les dio la Brigada de Artillería, donde también se les dio su entrenamiento. Esa tropa en su totalidad es integrada por mujeres, y en la actualidad es utilizada para reforzar los dispositivos internos en los Centros Penales del país.
Al final de la guerra, hay cuatro de ellas que sobreviven y que las FFAA dejó que fueran olvidadas en el anonimato. Poco o nada se sabe sobre ellas o su desempeño en combate.
(Agradezco el apoyo de esta investigación a Herard Von Santos y a Carlos Balmore Vigil, excelentes historiadores militares).
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